La Dirección General de Aguas a través de la resolución 1390 ordenó la redistribución de agua superficial del río Aconcagua, que comprende las primeras tres secciones de la cuenca, con el objeto de ayudar a Esval a cumplir con su mandato de entregar agua para consumo humano en Los Andes, La Cruz y Gran Valparaíso.
La resolución ordena medidas diferentes para cada sección, las que se extenderán hasta el 5 de septiembre de este año. Así, la primera sección deberá: 1) Mantener 300 l/s en la planta de agua potable Los Andes las 24 horas al día los 7 días de la semana, 2) Mantener 1,40 m3/s en la estación fluviométrica de San Felipe desde las 7:00 horas del lunes hasta las 12:59 horas del sábado de cada semana. 3) Cierre total de las captaciones desde el día sábado a las 13:00 horas hasta las 6:59 horas del lunes, es decir, 42 horas.
En el caso de la segunda sección, esta deberá 1) Asegurar 2,30 m3/s en la Estación de la DGA Fluviométrica en Romeral desde las 10:00 del día lunes hasta las 15:59 del día sábado; 2) Cerrar compuertas desde el día sábado a las 16:00 hasta las 9:59 del día lunes y 3)Asegurar 1,35 m3/s los 7 días a la semana las 24 horas.
El presidente de la 1° sección del río Aconcagua, Javier Crasemann indicó que “toda la cuenca del Aconcagua sufre de grave sequía debido a que hay: menor disponibilidad de agua y mayor demanda, por un crecimiento sin planificación, ni acorde a la capacidad del río, el que ya no es capaz de asumir ese aumento que han generado. Por eso, insistimos en que se necesitan reservas; nuevas fuentes de agua; disminuir pérdidas; hacer eficiente a la cuenca con obras y sumar a las aguas subterráneas en la disponibilidad, para así lograr el equilibrio y sustentabilidad de ésta”.
El presidente de la 2° sección, Mirko Yakasovic expresó su malestar ante la situación, ya que dijo sentirse solo en esta lucha: “El problema no es esta intervención en particular, el problema es que este gobierno está haciendo lo mismo que el anterior en material de sequía: nada. La sequía no es de ahora, venimos haciendo propuestas desde hace años y no nos escuchan. Acá lo que se requiere es infraestructura para hacer un buen uso del recurso y es el Estado el que debe invertir en ello. Este valle se está secando y nos siguen pidiendo más y más agua. La agricultura no puede ser menos importante que regar el pasto de los jardines”.
Los dirigentes explicaron que saben que en la costa está en riesgo el consumo humano, lo que les parece de suma gravedad y prioritario y, por ello han colaborado por años, pero también indican que la solución no está en la cordillera y que no es su responsabilidad los errores cometidos por La sanitaria y el Estado.
Los regantes señalan que hay que considerar que esta cuenca no cuenta con obras de infraestructura, por lo tanto, el agua corre de cordillera a mar, se infiltra, florece, se infiltra nuevamente y llega un mínimo al Embalse Los Aromos. Es indispensable mejorar las conducciones; la medición y el control de caudales. Además de contar con reservorios medianos, para cuando hay deshielos o fluctuaciones del río. Hoy ,no hay manera de reservar agua para los periodos más críticos. Se requiere de obras que mejoren el avance, conducción y eviten pérdidas de agua. Hay un plan de obras y de medidas menores, medianas y grandes, a lo largo de toda la cuenca del Aconcagua ya identificado y evaluado técnicamente y lleva dos años de espera a que el Ministerio de Desarrollo apruebe los recursos para iniciar los estudios. “Este plan fue entregado ayer al Ministro de OOPP, con la esperanza de que pueda acelerar el proceso, explica Yakasovic.
Finalmente, los dirigentes recuerdan que los aportes de agua superficial que se han realizado para el consumo humano del Gran Valparaíso han significado un gran esfuerzo para los usuarios de la zona alta y media del río y han sido muy mal aprovechados. “Con el agua que se entregó, durante el invierno de 2021, hubiesen llenado 3 embalses Los Aromos, lo que equivale a 100 millones de metros cúbicos. Por el contrario, se logró llegar al embalse con sólo 22 millones de m3. Esta es una medida muy perjudicial para los pequeños de la zona alta, media y baja de la cuenca”, explica Crasemann.
Responsabilidad de ESVAL
Para los dirigentes, parte muy importante de la solución está en la costa y es responsabilidad de la sanitaria, donde hay fuentes de agua más abundantes y que no están siendo reutilizadas ni generadas.
“Es urgente, es responsabilidad y hasta un “deber ético” de la sanitaria generar nuevas fuentes de agua para solucionar este desequilibrio: ya sea reutilizar aguas grises tratadas; desalinizar, bajar pérdidas de sus redes y diferenciar consumo humano del urbano y del industrial, estos dos últimos debiesen racionalizarse, todo esto, para enmendar la situación y velar por la seguridad hídrica, que es para lo que están mandatados”, finalizan los regantes.